De un poemario inédito...
Alberto López Serrano
San Isidro
San Isidro
quita el agua,
pon el sol.
Los jardines
mueren ya
en podrido
lodazal
y sus flores
pasto son
de gusanos.
¡Pon el sol!
Hasta el mirto,
sin aroma,
se entristece
con sus hojas.
Tanta el agua,
oh patrón,
que nos mandas.
¡Pon el sol!
Ya no salen
a correr
mis amigos,
del llover
se aburrieron,
¡así son!
No más agua.
¡Pon el sol!
En los pozos
del brocal
sale el agua
sin parar.
Ya no cabe,
mi pastor,
más tormenta.
¡Pon el sol!
San Isidro,
ni los sapos
chapotean,
cruzan brazos
“Chaparrón
te dijimos.”
¡Pon el sol!
Los tomates
de papá
se perdieron;
ni jugar
se me antoja.
Labrador,
eres necio.
¡Pon el sol!
Junto al río
el maizal
el maizal
se ha lavado,
y el canal
para el riego
no me es hoy
la gran cosa.
¡Pon el sol!
Ya se queja
mi mamá
y humedad,
que ese santo
mal oyó
y se excede.
¡Pon el sol!
Ya ni quiero
ver tus vacas,
los potreros
no se pasan,
ay, qué lodo,
ay señor,
quita el agua.
¡Pon el sol!
ALBERTO LÓPEZ SERRANO
YA SE VA EL SOL
Alberto López Serrano
YA SE VA EL SOL
Alberto López Serrano
Dame la mano,
vamos al patio,
ya se va el sol.
Nubes naranja,
rosa el olor
del horizonte
que dice adiós.
Baja redondo,
disco melón.
Dile hasta luego
al gran señor.
Durante el día,
en el altor,
el sol trabaja
alto cual dios;
pero ya siente
grande el pesor
que hay en sus ojos,
y se acostó.
Mira, mi niño,
el sol sus piernas,
sueño le dio.
¿Qué cosas sueña?
Yo sé que hoy
sonriente sueña
con un fogón,
que es un loquito
en su colchón,
y hasta patadas,
y es un amor.
¿Que cómo duerme?
Hecho un montón,
horno es su cama.
Brasas-colchón,
sábanas grandes
son de calor
y sus cojines
fuego-perol.
el señor sol,
yo sé que sueña
con resplandor.
Tranquilo duerma
en su colchón,
mañana vuelva,
oh señor sol.
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